Renacer BA | El mensaje de Renacer

"El mensaje de Renacer"

Renacer es por sobre todo una obra de amor, de amor por nuestros hijos, por la vida y por todos aquellos que nos necesitan. El mensaje de Renacer se sustenta en la doble trascendencia y en la búsqueda de sentido. Tenemos la posibilidad de trascender el dolor, crecer y hacer cambios en nuestra vida que den testimonio que de esta experiencia tan dolorosa se puede surgir con más fortaleza, solidaridad y compasión, y que conectados con nuestros valores espirituales podemos tener una vida plena de sentido.
Viktor Frankl, psiquiatra vienés, creador de la logoterapia, que con su experiencia de vida nos mostró que se puede afirmar "a pesar de todo sí a la vida", dice que "el hombre que se levanta por encima de su dolor para ayudar a otro que sufre, trasciende como ser humano", y en Renacer partimos de la premisa que el hombre es un ser trascendente.
El sufrimiento correctamente vivido ayuda a trascender el ser para uno mismo a un ser para otros, y/o trascender a través de la fe, esta es la doble trascendencia. Por lo tanto si tenemos el deseo de lograrlo necesitamos de algo o alguien para poder llevarlo a cabo, puede ser una tarea que cumplir, una misión, alguien a quien amar, el mundo, Dios. Es una búsqueda de sentido a la realidad que nos toca vivir. Podemos afirmar que la actitud opuesta, es decir, negarse este aspecto trascendente lleva a la angustia y desesperación.
La sociedad tiende a proponernos un modelo egocéntrico donde cada uno está centrado en sus sentimientos, sus emociones, y sus necesidades, sin importar que le pasa al otro, y esta actitud genera más sufrimiento. Una cosa es lo que nos ha sucedido, y otra muy diferente es que hacemos con lo que nos ha sucedido.
De hecho que hay muchas posibilidades de trascender y encontrarle un nuevo sentido a la vida, nosotros hemos elegido esta de acompañar a otros padres que sufren, y así como necesitamos de Renacer, Renacer necesita de nosotros , para que cada uno de, humildemente, lo mejor de si mismo.
En el grupo se trabaja en la búsqueda de respuestas al interrogante de: "¿Qué hago de mi vida de aquí en más?" o "¿Qué sentido tiene mi vida ahora?" Trabajar sobre el "para que hago lo que hago", y el "como lograrlo" nos lleva a un intenso y profundo aprendizaje.
La tarea dentro de Renacer también es preventiva, porque ante la muerte de un hijo se nos plantea una crisis existencial, quizá la más severa que le toca vivir a un ser humano, pero que , es un hecho que forma parte de la vida, y que no es una enfermedad en sí misma, pero si esta crisis no es resuelta, con un trabajo perseverante y cotidiano para recuperarse emocionalmente y psíquicamente, puede derivar en estados depresivos, enfermedades orgánicas, producir el desmembramiento del grupo familiar, o dejar a las personas como muertas en vida.
Decimos que Renacer es una escuela de vida en la que nos planteamos cuál va a ser nuestra respuesta y qué acciones vamos a concretar a partir de asumir que la muerte de un hijo es lo más doloroso que nos ha tocado vivir, pero al mismo tiempo afirmamos que es una gran oportunidad y un desafío que nos lleva a elegir como queremos vivir de ahora en más. Porque el tema no es no sufrir, sino no sufrir en vano. Participamos en el grupo porque elegimos la vida y es un lugar donde podemos darle voz a nuestros valores espirituales y ponernos en acción.
Hay padres con más tiempo y mucho potencial para desarrollar y compartir, que participan de Renacer como en un grupo social de pertenencia, y dejan de lado una oportunidad de seguir creciendo con más plenitud y sentido en sus vidas, de acrecentar la capacidad de sentir y dar amor y compasión a cada uno que se acerca a nosotros en busca de ayuda.
Otros eligen quedar atrapados en que no pueden, que algún día, cuando estén mejor, van a poder pensar, decir o hacer algo para ayudar a otro, permanecen en el sentimiento que Dios, la vida, el mundo han sido injustos con ellos, que son acreedores, que necesitan ayuda, y aún más, que es nuestra obligación ayudarlos, y no ven que es ayudando cuando más nos ayudamos. En estos casos vemos que el proceso de duelo es más doloroso y prolongado.
Como analogía, pensemos que pasa con alguien que está recién operado y cree que cuanto más quieto se quede mayor será su mejoría, cuando que lo cierto es que cuanto más rápido se ponga en movimiento, y empiece su rehabilitación aún con dolor y dificultades, más rápida y sólida será su recuperación.
Es más dificil que lleguemos a ser compasivos a través de la lectura y la reflexión, desde una actitud pasiva, pero sí se puede, a través del amor compartido en acciones con aquellos a quienes el destino nos permite conocer y estar hermanados en el dolor.
En nuestra experiencia en Renacer vemos que aquellos que más rápidamente se pueden conectar no solo con el sufrimiento propio, sino con el ajeno, aquellos que pueden tener una palabra de aliento, un gesto amoroso por otro compañero, una actitud de consuelo, o cooperar con una tarea grupal, pensando en todos y cada uno, aquellos que se permiten ser "ayudadores" aún desde lo más pequeño, tienen un mejor proceso de duelo.
Los deseos de crecer y cambiar, de prepararnos de la mejor manera para recibir al que recién llega, puede ser vivido como una posibilidad de homenajear a nuestros hijos, vivenciando que con su partida nos damos la oportunidad de replantearnos nuestra escala de valores, de desarrollarnos espiritualmente, de ser más solidarios y compasivos, y en esto cada uno de nosotros es el primer beneficiado.
Es en cada palabra de aliento y de esperanza que sale de nuestros corazones, en el dar incondicionalmente y porque si, que nos vamos dando cuenta que cada vez somos más intensamente parte de la vida, más protagonistas de cómo la queremos vivir, que tal vez nada sucede porque si, y que sentir paz es posible. Paz y serenidad ante la tarea realizada, sabiendo que si cometemos errores, es desde la humildad de sabernos humanos y falibles, y que podemos reparar, pero que la intención al dar es desinteresada y que lo que nos motiva es ayudar a otros a recuperar su esperanza de que se puede vivir una vida digna y plena de sentido.

Artículos más leídos:

Facebook

Tweeter

e-mail